Pablo Sáinz Villegas
Considerado por la crítica como uno de los grandes guitarristas de nuestro tiempo, ha sido aclamado por la prensa internacional como el sucesor de Andrés Segovia y un embajador de la cultura española en el mundo. Su trayectoria ha ido forjando a lo largo de los años una carrera llena de éxitos y galardones que le han llevado a actuar en más de 30 países y en escenarios tan prestigiosos como la Philharmonic de Berlín, el Carnegie Hall de Nueva York, la Sala Verdi de Milán o el Musikverein de Viena.
Artista comprometido socialmente con el mundo que nos rodea, Sáinz Villegas es el fundador del proyecto filantrópico El Legado de la Música Sin Fronteras, cuya misión es acercar la música clásica a niños y jóvenes de bajos recursos, como medio para humanizar su desarrollo personal y emocional, y promover el entendimiento entre las diferentes culturas.
El Ser Creativo
Todas las personas tenemos ideas con las que nos identificamos, por las que estamos dispuestos a invertir nuestra energía y asumir riesgos. Aprendemos mejor desarrollando ideas propias que ajenas porque estamos comprometidos con ellas de partida.
Desde niño sentí que era diferente al resto, aunque no sabía en qué sentido. Una intuición dentro de mí me decía que quería ser muy bueno en algo. De pequeño tenía talento para muchísimas cosas, cualquier deporte, los estudios, el ballet, la música… Mi vida podía haber ido en muchísimas direcciones. En este sentido, cuando eres niño es importante que tu entorno familiar te permita contactar con diferentes experiencias para poder sentirte identificado con una u otra realidad.
En este ámbito, La música fue ganando terreno entre mis intereses. Quizá por inocencia, nunca fui consciente de lo complicado que resultaría destacar entre otros 100.000 guitarristas. Quizás me hubiese desanimado, pero nunca pensé en eso.
Empecé a tocar a los 6 años y a los 7, durante una audición para la familias en el auditorio Gonzalo de Berceo de Logroño sentí por primera vez la conexión con el público a través de la música. Fue algo muy poderoso que me hizo replantearme todo. Es esa plenitud, esa emoción… algo espiritual muy profundo donde sentí una fuerza y una conexión con el público en la que el tiempo desaparecía, donde gocé de una libertad emocional e interpretativa técnica, en la que todo fluía. Esa inexplicable sensación es la que marcó mi camino y la que, hoy en día, me hace continuar en los momentos más complicados.
Tanto genética como emocionalmente, somos lo que aprendemos de nuestro entorno, aunque hay rasgos de personalidad que vienen marcados de nacimiento y otros que van con propio el individuo (en este sentido, mi hermana también actuó en ese concierto y no sintió la misma energía que yo).
El Ser Emprendedor
Aprendemos mejor si tomamos por nosotros mismos decisiones de riesgo para llevar nuestras ideas a la acción. El emprendimiento no es un campo de conocimiento, sino un rasgo de personalidad.
Sobre los 13 años tenía muy claro que quería dedicarme a la guitarra, por lo que mis padres hablaron con mis maestros para conocer la realidad de la música y mi capacidad de continuar creciendo.
En este sentido, en los conservatorios te enseñan a tocar la guitarra técnica y musicalmente, pero al último paso, al del descubrimiento, casi nadie llega. En las universidades tampoco te enseñan la parte profesional. En mí fue un instinto inocente que se movía por el deseo de replicar ese momento de los 7 años como mi forma de vida. Sin saber si era muy fácil, muy difícil, se ganaba mucho o poco dinero, era lo que yo quería.
La vida es un camino en la que lo importante es buscar y la educación reglada es básica. En la música la técnica es la base, pero luego está la musicalidad y finalmente la intencionalidad emocional que quieras poner en lo que estás haciendo, que es lo que genera el cambio. Poner una intencionalidad en cada una de tus acciones es lo que genera el cambio (¿por qué haces esto?, ¿para qué lo estás haciendo?, ¿qué estás haciendo?).
Quería sentir más veces esa fuerza que descubrí en mi primera audición y comencé a tocar en residencias de ancianos los domingos, algo parecido a lo que actualmente replico en mi Proyecto de El Legado de Música sin Fronteras, donde toco para niños de Tijuana y San Diego.
Con 15 años la carga del instituto era muy fuerte, por lo que dejé COU y me fui con un maestro a Santander. Después me trasladé a Madrid para estudiar en el Conservatorio Superior y, más tarde, a Alemania (5 años) y Nueva York (otros 5 de estudios).
El Ser Interior
Aprender a reflexionar y a leer en nuestro interior con autenticidad es el camino al autoconocimiento y al desarrollo personal.
La vida me ha ido dando sorpresas sobre mí mismo. Recientemente, me he volcado en un fuerte proceso interior en el que he trabajado mucho durante 5 años para revisitar todo lo que ha sido mi vida, transformar mis valores y mis miedos de forma positiva, soltando las cosas negativas y realzando lo que me hace libre, fuerte e inspirador como ser humano. Soy yo creando mi destino y ahí es importante la responsabilidad y la toma de decisiones, que nos acercan o separan del punto a donde queremos llegar.
Mucha gente ha sido muy importante en mi desarrollo. Personas que, en momentos puntuales, me dieron cierta información que me hizo ir evolucionando. Viniendo de Logroño, y tras 15 años de descubrimiento en los que me he enfrentado a decisiones fundamentales, trabajo con el mejor manager del mundo y soy el único guitarrista de mi generación que puede vivir de sus conciertos.
El esfuerzo, la exigencia, el trabajo y otros muchos valores son muy necesarios para llegar a la excelencia, pero tienen que ser tratados desde el equilibrio, viendo las dos caras de la luna, pues tienen el peligro de convertirse en una obsesión que te haga sufrir, juzgarte y frustrarte. Acéptate, perdónate, ámate y disfruta del error, porque es un proceso maravilloso de liberación y aquello que verdaderamente nos hace humanos.