Ana María Llopis

Yo me muevo por aprender, porque un proyecto me parece interesante. Y, sobre todo, por el deseo de innovar, de hacer las cosas de otra manera.

Fundadora y Consejera Delegada de ideas4all.

Ana María se doctoró en la Universidad de California Berkeley en Ingeniería de la Ciencia de los Materiales, Cum Laude, y es licenciada en Física Suma Cum Laude por la Universidad de Maryland, con especialización principal en Matemáticas.

En la actualidad, Ana María Llopis es presidenta no ejecutiva de DÍA y consejera no ejecutiva e independiente de Société Genéral. También ha sido consejera no ejecutiva e independiente de BAT y del Banco ABN-AMRO, hasta su nacionalización, y de Reckitt-Benckiser. Ha ocupado puestos directivos en sociedades como P&G, Playtex, Schweppes, Banesto y Grupo Santander.

Es creadora y fundadora de ideas4all. Obtuvo el premio de Openbank como Ejecutiva Financiera del año en 1995 y el Premio del Institut Catalá de la Donna en 1997, además del Premio al Emprendedor de Año en 2001, etc. ideas4all ha recibido el Premio FICOD Mejor Start-up 2009 y ha quedado finalista del BBVA Open Talent 2010.

Ofrece conferencias sobre innovación abierta, emprendedores en internet, y sobre la mujer en la empresa y administración corporativa. Fue nombrada por el diario The Times como uno de los 100 ejecutivos más influyentes del Reino Unido y, en 2005, “The Mail” la colocó en 24ª posición en su lista de mujeres más influyentes del Reino Unido.

El Ser Creativo

Todas las personas tenemos ideas con las que nos identificamos por las que estamos dispuestos a invertir nuestra energía y asumir riesgos. Aprendemos mejor desarrollando ideas propias que ajenas porque estamos comprometidos con ellas de partida.

De pequeña me imaginaba pintando o escribiendo, pero sobre todo siendo médico, enfermera o estadística, como Florence Nightingale. Recuerdo leer una biografía infantil sobre ella que me impresionó.
Desde niña me gustaba vender y convencer, vendía con mi hermana gemela limonada a la salida de la iglesia que quedaba a dos casas de la nuestra; ese gusanillo de la venta se me ha quedado a lo largo de mi vida.

En mi personalidad ya estaban presentes la curiosidad, la observación-especialmente al detalle y al sentimiento de las personas-, la experimentación de todo… quería saber cómo era y por qué funcionaba, y, a veces, cómo eran las cosas y los seres vivos por dentro; el inconformismo y hacer las cosas de otra forma a cómo siempre se habían hecho, innovar, inventar cosas e historias, cuentos- siempre que se podía-, para explicar cómo cambiar las cosas, las letras de las canciones lao ingredientes en las recetas, los colores establecidos de las cosas y, si probamos esto en vez de aquello, aunque te equivocaras no importaba.

De hecho, la canción que más me gustaba, que cantaba mi abuela Ana, tiene que ver con esto y me fascinaba. – Allá en mi tierra hay un tal Simplicio, que tiene un juicio muy singular que a toda cosa el demonio de hombre, el otro nombre le suele dar; la llama verde a lo colorado al desdichado llama feliz, al agua clara le dice vino y al vino tinto le dice añil, Ay le dice añil-.

Entendía las cosas preguntando hasta la saciedad y leyendo todo lo que me daban mis padres y abuelos para acallar estas inquietudes y no preocuparme por decir no lo sé o no lo entiendo.

La verdad es que nunca tuve un encuentro vocacional como tal, siempre me interesaba todo y lo que más me costaba era qué dejar atrás. Al final fue la vida quien modeló mi camino, tanto la carrera educativa como la profesional. De pequeña también quise ser bailarina y pianista, pero no pudieron ser; para lo primero era muy alta y para lo segundo no había vocación de sacrificio, si eso implicaba había que renunciar a la ciencia y el voleibol. Se ve que no tuve un sueño fijo sino muchos sueños. Siempre fui muy dispersa, una malabarista en potencia, como muchas mujeres.

El Ser Emprendedor

Aprendemos mejor si tomamos por nosotros mismos decisiones de riesgo para llevar nuestras ideas a la acción. El emprendimiento no es un campo de conocimiento sino un rasgo de personalidad.

He intentado hacer siempre todo lo mejor que podía y no compararme con los demás, sino conmigo misma. Consejo de padre- “tu tienes que preguntarte si lo has hecho lo mejor que puedes. Si lo haces, alguien lo notará y triunfarás. Si la respuesta es no, aplícate de nuevo y vuelve a empezar”-.

Me dejo llevar por las circunstancias, por el azar, por el instinto y por el estomago.
Creo mucho en la frase del matemático Pascal-“el azar sólo favorece a la mente preparada”-.

Me preparé en lo que me gustaba, aunque no hubiera un mercado laboral para ello. La vida me ha demostrado que, aunque te adelantes, con paciencia, ese momento siempre llega y entonces esa preparación de aprender cosas te ayuda.

Pude compaginar la educación reglada y específica gracias a unos padres de una mente muy científica: un médico y profesora de física y matemáticas. Complementando con juegos y experimentos en casa, con imanes, prismas, resortes, microscopios… fuimos muy privilegiadas por tener una famlia con una sensibilidad artística especial, madre por la música y padre la pintura, y ambos la literatura, nos enseñaron a leer y leer y leer con su ejemplo.

En mi formación fui zigzagueando bastante y comencé ingeniería, luego química y, finalmente, terminé físicas e hice un doctorado en ciencia de materiales. Para este zigzagueo me ayudaron, como mujer y profesional, los consejos de madre- “en tus proyectos y familia o para realizar tus sueños, no importa la cantidad de tiempo dedicado sino la calidad de ese tiempo dedicado”-.

Comencé trabajando en la escuela de caminos para luego entrar en la multinacional y, gran escuela, de Marketing Procter y Gamble, a quien le debo mucho porque me dieron espacio de cuestionar vacas sagradas e innovar y entre otras cosas no menos importantes así como de descubrir y construir muchos de mis mejores amig@s.

El Ser Social

Aprendemos mejor si mostraos a los demás el resultado de nuestro proyecto porque el feedback social a mi idea refleja una información valiosísima para aprender y mejorar.

En mi desarrollo, mi entorno ha influido mucho. Nadie llega a ninguna parte sin los demás. La familia me inculcó gran parte de lo que soy y los equipos han sido fundamentales en todo momento y me han acompañado en las aventuras de intra-emprendimiento y emprendimientos. Disfruto de tener muchos amigos de esos que vienen de la estación de la amistad sincera, como decía la canción de Françoise Hardy.

Las personas más influyentes en mi crecimiento fueron Vicente Ordiñana, recientemente fallecido, un gran ejecutivo del consumo y mentor de mujeres profesionales; Peter Wood, emprendedor en cadena de éxito en sector seguros en Reino Unido; y ejemplos como Albert Einstein, Richard Feyman Marie Curie, mujer doblemente premio Nobel y muy social, voluntaria tomando radiografías a heridos en la primera guerra mundial con su hija.

En mi carrera he tenido que tomar muchas decisiones en contra de mi entorno, pocas veces te puede costar el puesto o un ascenso, pero siempre mantienes tus valores.

El Ser Interior

Aprender a reflexionar y leer en nuestro interior con autenticidad es el camino al autoconocimiento y al desarrollo personal.

La experiencia me ha demostrado que siempre hay mucho que mejorar.

Parcialmente he conseguido ser la persona que quería ser, en cuanto a guiarme por criterios de aprender e innovar donde he estado, y contribuir formando jóvenes y apoyándoles en sus proyectos y sueños. Ahora me queda una nueva fase de recoger frutos en el mundo de las ideas y de la reflexión para terminar algunos libros que tengo en mente escribir para compartir.

No hay nada en la vida que merezca ser temido, no hay que temer sólo hay que comprender, y esto te lleva a estar en paz con asumir riesgos cuando la vida lo requiere.

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